Semana grande de las fiestas de prao. Verano de reencuentros con amigos y conocidos del «verbeneo» y también de conocer gente nueva, seguidores a los que nos encanta poner cara y compartir un ratito de fiesta. Si alguien más se anima a saludarnos, es fácil encontrarnos, estamos grabando cada noche muy cerquita de la mesa de sonido.


En estas noches de verano y orquesta hemos llegado a varias reflexiones y nos hemos dado cuenta, de que no somos los únicos que pensamos así.
En primer lugar, coincidimos con amigos y seguidores de la verbena en que estamos felices de esta «vuelta a la normalidad». Hemos vuelto a tomar los praos con más ganas que nunca y nos alegramos sinceramente de volver a ver a todos esos profesionales que por fin, vuelven a trabajar. Han sido los grandes olvidados de la pandemia, sin duda, y es gratificante volver a verles en el escenario y poder disfrutar de nuevo de este mundillo que nos encanta y es para nosotros la mejor manera de desconectar del día a día.
Echamos mucho de menos y mandamos un abrazo enorme de ánimo y empatía a todas esas formaciones que no han podido salir este año. Estamos deseando verlas de nuevo el año que viene.
Otra de las opiniones que compartimos con otros asiduos de la verbena, vuelven a ser los horarios. Una fiesta que comienza un domingo a las 11 de la noche, o más tarde si la cosa se retrasa, no nos parece lo más acertado. Gente mayor, familias con niños o personas que deban madrugar al día siguiente, se ven muy limitados con estos horarios para disfrutar de las dos formaciones de la noche.
Los pases de dos horas o el reciente «pase único», tampoco facilitan poder ver ambas orquestas, una de ellas está siempre condicionada a tener menos público si comienza su actuación cerca de las 2 de la mañana.
Echamos de menos pases más cortos, incluso algún día se podría volver a aquellos bailes que empezaban a las 9 y permitían al público calentar motores antes de cenar. O alternar las orquestas hora y media también ayudaría a que el público menos trasnochador, disfrutará del trabajo de ambas orquestas.

Nos encantan las fiestas, y por eso, deseamos aprovecharlas y disfrutarlas al máximo.

Nos vemos por lo praos.