Hace unos días leíamos en el periódico El País un artículo acerca de las fiestas populares, a las que el periodista definía como » el último reflejo de la España salvaje», algo que así dicho, y unido algún que otro comentario desafortunado, generó alguna que otra crítica y algún que otro mal estar. Personalmente pienso que el artículo está escrito con buena intención, y que el término «salvaje» se utiliza para hacer referencia a la idea comunidad, ajuntamiento y convivencia de antaño, que aún permanece intacta en este tipo de fiestas, y que no existe intención de crítica o maldad, no hay mayor pretensión que tratar un tema, el de las fiestas, de total actualidad en España en verano, y más en el mes de Agosto. Por otra parte, enseguida nos dimos cuenta de que la persona que había escrito aquello no parecía ser un asiduo a éste tipo de fiestas, algo que tampoco es criticable, de hecho, me pareció interesante ese análisis » desde fuera». Nosotros desde aquí, y a título totalmente personal, queremos hacer nuestro particular análisis «desde dentro» de cómo vemos y vivimos las fiestas, verbenas y romerías, cuales son las que más nos han gustado, las que más nos han sorprendido y las que repetimos y repetiremos año tras año, aquí en Asturias.
Dentro de las fiestas populares podemos diferenciar varios tipos, desde las fiestas patronales de los pueblos más pequeños, hasta las fiestas más multitudinarias y grandes en las ciudades. Fiestas de prao, fiestas de barrios, ciudades, villas, fiestas marineras, medievales…para todos los gustos, momentos y preferencias.
A nosotros nos encantan las primeras, esas fiestas de prao clásicas, las de los pueblos pequeños, la que conservan la esencia de las romerías y verbenas de nuestros abuelos. Fiestas que reúnen amigos y familiares para compartir comida, merienda o cena, bien en el prao de la fiesta, bien en casas particulares, esas que huelen a parrilla, sidra y bollo preñao, las de los caballitos, las barracas y los niños corriendo despreocupados por el prao. Esas fiestas que siguen celebrándose cada año gracias al trabajo y empeño de los vecinos que colaboran activa y económicamente para sacarlas adelante y que luego las viven y disfrutan intensamente y con gran orgullo.
Este verano nos hemos recorrido unos cuantos pueblos en fiestas y hemos disfrutado muchísimo de todos ellos, nos quedamos con la hoguera de San Juan de Cornellana, a pie del río, y un privilegiado marco para la fiesta, el Monasterio de Nuestra Señora de Cornellana. Dentro del claustro de este histórico edificio podías disfrutar de una espicha que resultaba de lo más acogedora y peculiar en un lugar tan especial.
Nos quedamos también con las fiestas de Perlora, y con el buen trabajo de la comisión de fiestas en la organización de la parrillada, una de las mejores que hemos comido en una fiesta, a muy buen precio, sin colas, sin grandes esperas y muy buena calidad. fijaros si nos gusto que fuimos tres días seguido a cenar, y a disfrutar del ambiente y las orquestas, claro.
Una cita imprescindible para nosotros desde hace ya 4 años son las fiestas de Pañeda, concretamente, el lunes de Pañeda. La tarde comienza con una peculiar carrera de burros disfrazados, que destaca más por extravagante y peculiar que por competitiva. Después del espectáculo llega el momento de sacar mesas, sillas, mantas y víveres y compartir en el prao al más puro estilo picnic la cena hasta que comience la verbena y el baile. Si lo tuyo no es cenar en el suelo, también puedes reservar mesa en la carpa para disfrutar de la cena con más comodidad.
Fiestas y más fiestas, que nos dejan muchos y buenos recuerdos, Arlós, que para nosotros son noches de reencuentros, de amigos, de relax, de niñas que se sienten mayores porque pueden jugar «solas» por toda la fiesta De amigos y conocidos con los que compartir sidra, y con los que hablar, hablar y no dejar de reír y disfrutar. Cancienes, las fiestas de nuestro pueblo, este año aún más especiales, buenas orquestas, buenos ratos, buenos reencuentros y la mejor de las compañías compartiendo mesa el lunes del bollo. San Román de Candamo, Muros de Nalón, Somao…tantas fiestas, tantos planes y tan poco verano.
A pesar de ser felices en fiestas patronales varias y pueblitos con encanto, hay unas cuantas fiestas » más grandes» en pueblos y ciudades que tampoco nos quisimos perder este verano. La semana negra de Gijón, primera quincena de Julio caballitos, atracciones, mercadillo, comida, bebida, libros ( muchos y muy buenos), autores, música, conciertos…un buen plan, siempre.La descarga de Cangas de Narcea, impresionante el ambiente durante todo el día de la descarga y varios días antes , gente y fiesta por todo el pueblo y el impresionante espectáculo de pólvora que cubre el cielo a las 8 de la tarde el 16 de julio y hace vibrar y retumbar cada rincón de Cangas. Tampoco faltan, por supuesto, las orquestas en estas fiestas tan importantes. Ribadesella y la gran fiesta de las piraguas, fin de semana de fiesta sin parar dividida entre Ribadesella y Arriondas, zonas de acampada, música, y diversión y la gran cita deportiva con el descenso internacional del Sella en piragua cada año el primer sábado de Agosto. Luarca, y sus fiestas del Rosario y San Timoteo, la última quincena de Agosto , unas de nuestras favoritas desde hace más de 20 años, pasear por el puerto, donde se sitúan las orquestas y las atracciones en las fiestas del Rosario, cenar en alguno de sus muchos y variados restaurantes y por supuesto, ver los fuegos artificiales de San Timoteo, la madrugada del 22 de Agosto, desde la playa.
Mucho verano, mucho vivido. Esto se va acabando, aunque aún queda septiembre y algunas citas importantes y más de un buen plan a la vista, habrá que aprovecharlos al máximo.
A disfrutar¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡