Hace unos días acudí, junto a 4.000 personas más aproximadamente, al estreno en Asturias de la mayor orquesta de España, presentaban el espectáculo más grande de la historia. La organización lo enfocaba como una fiesta al aire libre, un festival, y como tal, era en recinto vallado, seguridad privada y entradas a 10 euros. Entrada que saqué en taquilla y entregué a los 3 metros al personal de seguridad que nos la cogió y puso un sello.

Obviaré el hecho de que el estreno de la orquesta comenzó a escasos 5 minutos de las 2 de la mañana, cuando estaba anunciado para la 1, no sé si porque ya se intuían problemas técnicos, o por intentar estirar el consumo en barra una hora más.

Transcurren 6 minutos de espectáculo y de repente se para todo debido a un fallo en el generador. Poco a poco parte del público con niños y gente de más edad empieza a abandonar el recinto y tenemos que esperar hasta las 3 de la mañana para que nos digan desde la organización que es imposible reanudar el espectáculo y que buscarán fecha más adelante con la entrada gratuita para todo el mundo.

Entiendo que este tipo de “fiestas” conllevan una inversión económica potente, pero esa inversión y beneficios creo que se cubrieron con la venta de entradas y tickets de bebida, por tanto, ¿es justo que no se devuelva el dinero de las entradas?, ¿y que después se repita de forma gratuita para cualquier asistente haya o no pasado por caja?

A grandes males, grandes remedios, sí, pero ¿es la manera más adecuada?.

No pretendo juzgar o sentenciar, porque no tengo claro cual sería la resolución correcta a lo ocurrido, y entiendo que la organización se vea obligada a tomar decisiones más o menos improvisadas, porque desconozco el protocolo exacto si es que existe para casos como este, pero me ha quedado una sensación agridulce sobre lo ocurrido y por eso me apetece compartirlo.

Foto: archivo Dando Guerra